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Protagonistas del presente

  • Foto del escritor: UJC
    UJC
  • 5 oct 2024
  • 9 Min. de lectura
Foto portada: Jóvenes 1001
Foto portada: Jóvenes 1001

El último domingo de octubre, en las elecciones nacionales, elegimos también los representantes parlamentarios. Frente a personas que llevan décadas en una banca o cuya trayectoria pasa por ir de un cargo a otro, la 1001 apuesta por jóvenes (de verdad) con diversas experiencias militantes, y con vidas que se asemejan a cualquier joven uruguayo.


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Natalia Díaz tiene 27 años. Desde su preadolescencia tenía ganas de juntarse con otras personas para poder hacer cosas, cuando ingresó a la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, a estudiar la Licenciatura en Filosofía, encontró ese grupo de personas: “veía que había cosas importantes que las jóvenes discutían, y querían organizar y cambiar, eso me motivó a decir ‘yo quiero estar ahí’”. Desde ese momento comenzó su militancia en el movimiento estudiantil, que incluyó ser Consejera en la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU) por su Centro de Estudiantes.


Desde la pandemia que milita más territorialmente en el Municipio F, donde vivió toda su vida, allí, junto a otros jóvenes del Frente Amplio, se organizaron entorno a iniciativas solidarias en el barrio. También llevaron adelante los procesos de discusión del Congreso del Pueblo con la Intersocial de la zona. Todo esto a la par de su militancia en la Juventud Comunista, donde actualmente es la Secretaria General de la departamental de Montevideo.


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Claudio Arbesún acaba de cumplir 29 años. En las elecciones del 2009 acompañaba a su madre a las actividades del comité de base, “me acuerdo que llegaban las balconeras del FA y las rosadas del Sí, y le dije a mi vieja que quería hacer algo”, su primera tarea fue encargado del padrón encontrándole el lugar de votación a quién se acercaba a preguntar.


Militó un tiempo en el Comité Cuaró, donde destaca el vínculo con el barrio, recuerda especialmente las diferentes iniciativas solidarias de apoyo a una huelga de la UNTMRA. Fue en IAVA donde comenzó su militancia estudiantil, con actividades que iban desde lo más concreto del liceo y la educación, a iniciativas culturales y deportivas, y discusiones de la política en general. “Ahí se desató una experiencia que en mi vida militante fue muy importante, el vínculo que se tuvo con las brigadas solidarias”, el Gremio, junto al SUNCA y otras organizaciones, salían todos los sábados a las 7 de la mañana en el marco del Plan Juntos a realizar tareas voluntarias de construcción de viviendas.


Su militancia en el movimiento estudiantil continuó cuando ingresó a la Facultad de Ciencias Sociales, para estudiar la Licenciatura en Sociología. Luego de ser Consejero en la FEUU por su Centro de Estudiantes, fue durante dos años el responsable de Asuntos Gremiales en la Mesa Ejecutiva de la Federación. Desde allí trabajó el vínculo de la FEUU con diferentes organizaciones sociales, a la vez que se buscaba vincular a los estudiantes universitarios con las reivindicaciones más generales del país. Luego tuvo que dedicar su tiempo militante a tareas internas dentro de la UJC, donde actualmente es el Secretario General.


-La idea de la política está muy bastardeada, ¿qué le dirían a una persona joven que les dice que “son todos lo mismo y la política no sirve”?


Natalia: Primero que nada me acercaría, creo que a veces hay un distanciamiento cuando nos plantean eso desde los jóvenes que sí creemos que es importante la política como herramienta transformadora, nos alejamos muchas veces de los jóvenes que nos plantean que no. Me acercaría para intentar poner sobre la mesa que la política en el Uruguay, y a nivel internacional también, ha sido una herramienta transformadora por la vía de los hechos, pero ha sido una herramienta transformadora en la medida que la gente esté participando. En la medida que la gente no esté participando, que no haya un mecanismo de participación construido, que no haya defensa de los mecanismos que el pueblo uruguayo construyó para ello, ahí sí la política se queda sin alternativa, sin puertas para abrir, sin posibles vías de solución de los problemas de la gente. Por eso, en la medida que participemos es la medida en que la política sí va a ser esa herramienta que necesitamos.


Claudio: Creo que es un resultado comprensible que haya un montón de jóvenes para los cuales la política, el sistema político, no signifique demasiado, o lo que signifique sea algo malo. Hay una batería cultural que lo que te invita es a pensar que no vale tener ideas y vale ser vos mismo, como si uno pudiera ser uno mismo sin tener ideas, pero además de eso, estamos en una realidad donde el sistema político muchas veces no ha logrado dar respuesta a los problemas de la gente, y dentro de esa gente, sobre todo a los problemas de los jóvenes. Hoy por hoy en Uruguay estamos en una realidad donde podemos afirmar que el país le da la espalda a los jóvenes, te lo dice cualquier cifra que vos mires, una problemática para la sociedad en general es más problemática para los jóvenes. Las dificultades para conseguir trabajo, las dificultades para que una vez que consigas trabajo no tengas un salario que sea una miseria, condiciones de trabajo hiper precarias con un montón de horas, o no saber si mañana te van a despedir y no vas a tener derecho a nada, ni que hablar la imposibilidad de pensar tener una vivienda, proyectar una vida. No por nada en Uruguay los jóvenes piensan mucho más en emigrar que la población en general. Es decir, muchas veces la situación en la que ha derivado nuestra sociedad, la democracia y la participación política para los jóvenes termina siendo solamente votar cada cinco años, y todo lo demás queda vacío. Por eso después da un poco de gracia que gente se sorprenda por la cantidad de jóvenes que en Argentina votan a Milei, y pasa que el sistema político y la democracia para esos jóvenes no significa nada, porque efectivamente no garantiza nada. Tener el derecho y la obligación de participar en el gobierno de la República se reduce a votar pero no viene con todo lo demás que tendría que venir, la participación social y política de los ciudadanos. Está todo diseñado para que uno se encierre en sí mismo, y piense que la vida puede ser sin ideas, y que va a conseguir las soluciones solo, por un vaciamiento de todo lo que significa la política y el sistema político para dar respuesta a los problemas cotidianos. En definitiva la política se debería tratar de eso, y no de discusiones que dan unos pocos alejados de la gente y de sus problemas.


Para Natalia “la militancia organiza mi vida, no mi vida organiza la militancia”. Actualmente trabaja en la Asesoría de Desarrollo Municipal y Participación en la Intendencia de Montevideo, que “tiene un rol importante en pensar la participación en los barrios, en los municipios, con los consejos vecinales, y las organizaciones sociales del territorio”, por lo que también va en consonancia con su militancia. Natalia practica atletismo desde que tiene 14 años, realizó cursos para ser entrenadora y también desde el deporte milita. Formó parte de la Comisión de Atletas en la Confederación Atlética del Uruguay, desde donde desarrollaron diferentes reivindicaciones entorno a las condiciones para competir y entrenar. Desde su rol de entrenadora participó de talleres en convenio con INAU, de los que destaca su importancia “para que los gurises puedan vincularse con el deporte, y también con otras realidades más allá de la Institución en la que están”. Pese a las dificultades por cuestiones de tiempo, Natalia intenta mantener el vínculo con el deporte, saliendo a correr cada vez que tiene tiempo libre, pero también manteniendo relación con la comunidad deportiva, por ejemplo acompañando el reclamo de la reapertura de la pista de atletismo que lleva más de 500 días cerrada.


“Soy un militante que además hace otras cosas”, así se define Claudio, y al respecto de la discusión de la militancia y la vida como cosas separadas, dice que “militancia es el hilo conductor de mi vida”, y que siempre convivió con las otras aristas de su vida. Actualmente trabaja en el equipo de investigación y asesoramiento del Instituto Cuesta Duarte, que lo siente como una extensión de su militancia, ya que es poner lo que estudió al servicio de las necesidades y reivindicaciones de los trabajadores, y generar iniciativas y propuestas que puedan dar soluciones a las dificultades que atraviesa el país. Cuando tiene tiempo libre, además de hacer ejercicio y leer, le gusta ir a la cancha, “ir a ver a Nacional es el rinconcito de la vida que yo guardo para mi”.


-¿Cuál es el diferencial de que haya representantes jóvenes en el Parlamento?


Natalia: Es poner a la juventud como protagonista, y pensar y solucionar los problemas de la juventud hoy, esta perspectiva de que la juventud es el futuro y el hoy lo piensan otros es bastante preocupante. Que haya jóvenes en el Parlamento rompe un poco ese esquema de los jóvenes como un recurso estético para propagandear, y nos coloca a los jóvenes como protagonistas del presente, no somos espectadores del presente y los protagonistas de algún futuro posible.  También tenemos que poder plantear los problemas de la juventud, y no solo, también poder discutir las cuestiones generales, porque somos una juventud parte de un pueblo y de un país. A veces está esta cosa de diferenciar las poblaciones, obviamente tenemos diferenciales en cuanto a cómo vivimos las desigualdades, pero son hijas de lo que vive el pueblo en general. Es un poco también apostar, en el momento político en el que estamos, al recambio, creo que el Frente Amplio está abriendo un poco más la cancha a la gente joven, no verla como protagonista del futuro, sino como protagonistas del presente, y creo que eso es positivo.


Claudio: A veces tengo un poco de rechazo a esos planteos de guetos temáticos, “los jóvenes vienen a hablar de los temas de jóvenes”, que además lo plantea gente que no es joven. Como si tuvieran que pasar nuestros intereses por un tamiz, y hay otros que pueden decir de qué temas podemos hablar y de cuáles no. En todo caso, los jóvenes vivimos las desigualdades que atraviesan la sociedad, a veces con mayor crueldad, porque los problemas de empleo, de pobreza, de vivienda, de violencia nos impactan especialmente a los jóvenes, y esos son los temas de lo que más queremos hablar. Para mi un aporte diferencial que puede tener la participación de los jóvenes en política es llegar sin esa mochila de falsa sensatez de las agendas políticas, de esa versión media perversa, nefasta, de la política como el arte de lo posible, y de “vamos a buscar solucionar estos problemas dentro del escenario de cosas de cómo está dado hoy”.  Que el ingreso de los jóvenes en política sea también un no querer hacerse cargo de esa realidad que ya venía dada cuando nosotros llegamos, no querer encerrarse en esos límites de lo que supuestamente es posible, y reivindiar la política como la acción para hacer posible mañana lo que hoy parece imposible. Hay ahí una cuestión de irreverencia política, de irreverencia en la acción que para mi es lo fundamental, tener un poco de ganas de patear el tablero, porque sin patear el tablero, si seguimos haciendo las mismas cosas que se han hecho hasta ahora es difícil esperar que las cosas cambien. Entonces, es necesario sacarse ese manto de sensatez de las agendas para dar respuesta de fondo a algunos problemas que se han mantenido durante décadas. Creo que el gobierno del FA tuvo un poco esa dificultad, sobre todo al final, la incapacidad de pensar nuevas respuestas a los problemas que no estaban encontrando respuestas, y que la participación de los jóvenes puede ser una revitalización en ese sentido.


Natalia: Sí, incluso creo que una de las cosas que también puede impactar positivamente, en esto que hablábamos del descreimiento de los jóvenes en la política y en la herramienta, puede impactar también la fuerza del ejemplo, el ejemplo de que existen jóvenes que participan de la política, y participan de la política con un interés genuino, de poder llevar los intereses de la generación y cómo piensa la generación a ese espacio, y que ese espacio es un espacio válido para construir. Creo que eso también puede alentar a que las jóvenes entiendan ese espacio y la política sustancialmente como un espacio importante y transformador.


Claudio: Y que la política pueda ser otra cosa, no un juego entre personas que se visten más o menos parecido, y debaten los temas casi como colegas, no, la política es una herramienta y uno llega a espacios de representación política para, en nuestro caso, transformar desigualdades. Y no tengo nada que ver, o nada en común, con aquel que trabaja y hace de su vida un trabajo constante por mantener desigualdades, a costa de negarle derechos a la gente. Yo con esa gente no tengo nada que ver, no quiero tener nada que ver, y tratar de ser uno más en ese camino de mostrar gente que entra en los espacios de representación política para no tener nada que ver con esa gente, con el respeto que se merecen todas las opiniones en el sistema democrático. Pero sí con la claridad de que nuestra perspectiva va por otro lado, nuestra responsabilidad es con otra gente, no es con el sistema, es con la gente.

 
 
 

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