Foto de portada: Movilización por el día de los mártires estudiantiles. Foto: Santiago Mazzarovich / adhocFOTOS.
Estas últimas semanas pasaron muchas cosas relevantes para la historia y el presente de nuestro país, particularmente para las grandes mayorías nacionales, las y los trabajadores. Cosas que se relacionan directamente con la vigencia de los derechos y el futuro de nuestra gente.
En el Parlamento se debatió sobre una falsa ley de tenencia compartida que vulnera los derechos de niñas, niños y adolescentes, dejándolos a merced de situaciones de abuso y violencia; la coalición de gobierno aprobó en Diputados una reforma jubilatoria, que asimilándose mas a un ajuste fiscal encubierto que a una política de seguridad social, defiende privilegios de unos pocos haciendo que la mayoría trabaje más años y se retire con menos plata; el gobierno de derecha, empecinado en profundizar su ajuste neoliberal y conservador sin dar lugar a disidencias, reprimió estudiantes de secundaria con la excusa de una rampa inviable según los estudios técnicos, etc.
En cada una de esas instancias podemos encontrar un elemento que se repite: estudiantes organizados, movilizados, que alzan la voz y se comprometen con el futuro del país, su calidad democrática y su justicia social. Podemos identificar en las declaraciones en redes sociales, en las movilizaciones en las afueras del Palacio Legislativo y en los comentarios que circulan en los centros de estudio un actor social que se compromete con el destino de los más humildes, que se abraza a las causas de nuestra gente, que vuelca toda su rebeldía al torrente de pueblo que sale a la calle a defender sus derechos y abrir una nueva perspectiva de transformación. Podemos encontrar allí, como hace 94 años, a los y las militantes de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay.
La FEUU, organización unitaria de los estudiantes uruguayos, ha estado siempre del lado correcto de la mecha cuando el presente interroga y la historia parte aguas. Basta repasar un poco su historia para saber que donde ha habido una causa justa, un derecho que defender, una perspectiva de transformaciones que levantar, han estado los estudiantes universitarios organizados.
La federación fue creada el 26 de abril de 1929 al calor de las huelgas estudiantiles y sobre la base de centros de estudiantes que por entonces ya tenían entre 10 a 15 años de experiencia en el debate y la movilización. También nació en el marco del crecimiento del movimiento estudiantil uruguayo, empujado por los aportes que venían con la Reforma de Córdoba en 1918, que marcó un faro en las luchas universitarias del momento por conquistar una real incidencia en la vida política de la Universidad, una educación superior abierta a las mayorías y de cara a las necesidades del pueblo.
Fue en la movilización concreta junto a las y los trabajadores que logró forjar una unidad casi única en América Latina, tras el objetivo de transformar de raíz a la universidad, entendiendo que era cardinal en los procesos de cambio del continente tener una educación popular. La ley orgánica de 1958 es la materialidad de este objetivo político, que selló para siempre la histórica y vigente consigna: “obreros y estudiantes, unidos y adelante”.
La FEUU se forja como una herramienta para la lucha, marcada por la necesidad estratégica de construir un espacio que nuclee a las miles de estudiantes que son parte de la Universidad, procesar discusiones enriquecidas por la diversidad organizativa y política del estudiantado representado a través de las asociaciones y centros de estudiantes, y que ese debate tenga expresión práctica; praxis transformadora, para que los estudiantes sean protagonistas de las transformaciones.
La FEUU está ligada a las reivindicaciones estudiantiles y a los valores democráticos de nuestro país desde sus comienzos, muestra de ello es la resistencia a la dictadura de Terra y Bordaberry. Aún está marcada en la retina de muchas compañeras la resistencia estudiantil al pachecato, que se escribió con la convicción de miles y se enlutó con la caída de Liber, Hugo y Susana; también, llenando los renglones de sus páginas más gloriosas, esta la posterior y constante resistencia a la dictadura iniciada el 27 de junio de 1973.
Desde el comienzo la CNT y la FEUU fueron claves para desplegar la Huelga General con ocupación de centros de trabajos y educativos, gesta popular que cumple 50 años y marcó el inicio de una lucha que no cesaría ni un solo día en los años más oscuros de nuestro país. Esos años, el pueblo escribió en las calles algo que los años y la teoría de los dos demonios no han podido borrar, la inclaudicable convicción de defender la libertad y la democracia hasta las últimas consecuencias, de forma permanente y con la gente como protagonista. Durante todos esos años la FEUU estuvo activa, movilizada y en lucha. Desplegando las formas más creativas de organización, sembrando la esperanza en la clandestinidad cuando fue necesario.
Esa misma FEUU, que luchó en la calle y resistió en la tortura, ayudo a construir la salida democrática, en la semana del estudiante, la multitudinaria marcha al Franzini y ese increíble 1° de mayo de 1983. Estuvo en la lucha contra el ajuste neoliberal de los 90, resistiendo el ahogo presupuestal y el empobrecimiento de los trabajadores. También fue un pilar fundamental en cada transformación que nuestro país y su Universidad conquistó. Promoviendo la democratización del acceso a los hijos de trabajadores que hoy son primera generación de universitarios en su familia, empujando el desarrollo de la Universidad en todo el país y conquistando mejoras en las condiciones de estudio.
Pero no es solo historia, la FEUU es presente y será futuro. Los estudiantes universitarios construyen cultura y libertad todos los días, en cada centro de estudio; cogobernando, democratizando el acceso a materiales de estudios, desarrollando proyectos de extensión e investigación, participando en brigadas solidarias ante desastres climáticos y enfrentando el actual intento de, nuevamente, desangrar la educación pública a favor de la educación privada. Juntaron firmas contra la LUC, se movilizaron en contra del congelamiento presupuestal y debaten hoy de qué forma aportar el 3er congreso del pueblo; proceso de confluencia y síntesis programática para que las mayorías de nuestro país marquen el camino al Uruguay del mañana, uno en el que nadie quede atrás.
La historia de nuestro país, sus avances en momentos de conquistas y la resistencia de su gente cuando el poder ha arremetido con su peor cara, sería imposible de contar sin hacer referencia a la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay. Ese lugar se lo ha ganado por su consecuencia histórica, esa que nos hace estar seguros que, sea cual fuere el desafío con el que nos encontremos en el futuro, veremos a la Federación en la calle, codo a codo con el pueblo uruguayo, defendiendo el futuro por todo lo que nos une.
¡A la FEUU salú en su 94 aniversario!
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