“La FEUU ha demostrado que sigue siendo la organización que los estudiantes entienden es la referencia para luchar por sus derechos”
Como siempre señalamos, una de las consignas más caras para el campo popular es aquella que recuerda la lucha conjunta, unitaria y de masas que se dio en los 50´ en defensa de muchos derechos laborales en conjunto con la reivindicación de una Universidad que se encontrara al servicio de los trabajadores y el pueblo. Así, “Obreros y estudiantes, unidos y adelante” ha sido una bandera que se ha defendido históricamente, y que entendemos se debe reivindicar y fortalecer para cualquier transformación profunda que tenga al pueblo como raíz.
En estos días se dieron dos hechos que ponen como centro la consigna y la necesidad de llevarla a sus últimas consecuencias. Entendiendo que cuando la organización unitaria de los trabajadores se fortalece, se fortalece la posibilidad de una Universidad donde cada vez más personas quepan, dónde los jóvenes tengan derecho a estudiar, pero también a trabajar. Y al mismo tiempo, es importante saber, que en la medida que la organización unitaria de los estudiantes se fortalezca, la lucha de la clase obrera se fortalecerá, porque se generará un aliado que amplíe los márgenes en los que se escuchen las reivindicaciones de los trabajadores, porque se permitirá aumentar la posibilidad de generar profesionales comprometidos con la vida de los más humildes, y porque habrá más garantías de acceder a un derecho humano fundamental como es la educación por parte de los trabajadores y sus familias.
La movilización generada en avenida del Libertador por el 1° de Mayo puso de relevancia la fortaleza de un movimiento sindical que propuso soluciones reales a la crisis económica que estamos viviendo. Quiénes movemos la rueda estamos siendo perjudicados por un gobierno que solo gobierna para aquellos que más tienen. Los precios no paran de subir, el gobierno no toma ninguna medida efectiva y nos mienten con adelantos de salarios que ya se encontraban previstos. En particular, un conjunto importante de jóvenes se suma a las actividades de la central de trabajadores, porque la entiende una de las principales interlocutoras en defensa de sus intereses. Es necesario abordar los problemas de los jóvenes que no pueden llegar a fin de mes, que se enfrentan con alquileres que están por los aires, que no tienen empleos formales y que son los más afectados por la pobreza de ingresos. Es con mayor organización sindical, y no menos, que en la calle hemos de conseguir esas reivindicaciones para todos y todas.
Por otra parte, como señalábamos en la columna pasada, se desarrollaron las elecciones en la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay. Después de dos años de pandemia, con facultades cerradas, sin un espacio físico de encuentro y organización, la FEUU ha demostrado que sigue siendo la organización que los estudiantes entienden es la referencia para luchar por sus derechos. Como decía la consigna de la lista Unitaria, apoyar a la Federación es defender la Educación Pública. Y no solo es defender un conjunto de responsabilidades centrales, sino que principalmente se trata de todos aquellos y aquellas compañeras que estudian y dejan un tiempo importante en defensa de las condiciones de estudio en las distintas facultades.
Se ha logrado aumentar la cantidad de centros que han participado en las elecciones, fortaleciendo algunos espacios que venían en situaciones complicadas por la pandemia. Así, hubo votaciones en Veterinaria, Humanidades, Artes, Economía, Sociales, Educación Física, Ingeniería, Medicina, Nutrición, Química, Odontología, Ciencias, Comunicación, Arquitectura, Agronomía, Derecho, Psicología, Veterinaria y varias escuelas. Asimismo, hubo votaciones en Salto y Paysandú, una apuesta que se debe seguir fortaleciendo. La UdelaR y la UTEC hace rato están en el interior, es tiempo de que la FEUU vaya también, de manera real, hacia ahí.
Pero, ¿qué tienen estos dos hechos en común? La apuesta por el protagonismo popular como insignia, la idea de que es con una política con perspectiva de largo alcance, que crece desde el pie la que puede llevar a transformaciones reales. Es con unidad de acción y pensando en construir una gran base social que podremos plantear una alternativa a los avances neoliberales y conservadores en nuestro país. Los intentos de desregulación laboral, de privatización educativa, de aumento de la edad jubilatoria, de recorte presupuestal.
La idea de un nuevo congreso del pueblo nos debe ver discutiendo programáticamente cuales son los caminos que debemos desarrollar para ir hacia un país productivo con justicia social, donde nadie quede por el camino. Pero para eso se debe seguir anudando el bloque político y social de los cambios. No alcanza con tener un buen programa, no alcanza con saber que la razón histórica, la de los pueblos, se encuentra con nosotros. Esto debe ir aunado a una gran movilización por abajo, al fortalecimiento de todos los espacios de participación que busquen una sociedad más justa.
Por eso le damos centralidad a las organizaciones territoriales y vecinales, a las ollas populares, a los comités de base, a los sindicatos, a los gremios de estudiantes. Debemos ir a una red de asambleas que nos sigan marcando cuales son las necesidades de las jóvenes y cuáles son las propuestas que se llevarán. Debemos ir a seguir fortaleciendo los comités de base, porque también es el Frente Amplio una herramienta, vehículo de demandas, pero también catalizadora de organización colectiva en los barrios.
Nos queda un año duro por delante, con una coalición en el gobierno que, si bien es heterogénea, representa diversos sectores de los peores grupos de poder y no tiene por delante ni un atisbo de generar medidas a favor de los intereses de aquellos que no son malla oro. Debemos seguir conquistando derechos. Para eso, y en especial las organizaciones juveniles, debemos seguir llamando a todos y todas, porque cada minuto que se le pueda dedicar a la lucha por un mundo más igualitario es una pizca de avance que consiguen aquellos que menos tienen. No se puede seguir sosteniendo un sistema tan desigual, no podemos naturalizar este nivel de desigualdades. No nos conformemos con esto.
En eso andan las principales organizaciones, juntando pueblo, por abajo, porque cuando el abajo se mueve, el poder está nervioso. Depende de nosotros y nosotras convencer y generar espacios para que cada vez más se sumen a militar por un mundo mejor, por un país mejor, por un país sin hambre, por ese país realmente solidario, por la defensa de un Uruguay para todos y todas. Como decía Benedetti, “La victoria crecerá despacio, como siempre han crecido las victorias”. El pueblo uruguayo no fallará.
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