top of page

Una nota sobre murga, no sobre política



“La murga es la voz de los que no tienen voz”, ironiza La Gran Muñeca en su espectáculo presentado al Carnaval de Montevideo 2023, como antesala a un cuplé donde los mimos -personajes mudos por definición- encuentran en los tablados la forma de aportar sus críticas en la fiesta de Momo.


Esa frase resume en el escenario el centro mismo del fundamento de la categoría, que como establece la reglamentación municipal: “es conceptualmente un natural medio de comunicación, transmite la canción del barrio, recoge la poesía de la calle, canta los pensamientos del asfalto. La murga, esencia del sentir ciudadano. Donde desfilan identificados y reconocidos los acontecimientos salientes del año, lo que la gente ve, oye y dice, tomados en chanza y en su aspecto insólito, jocoso y sin concesiones”.

Esta semana se dieron a conocer los 10 conjuntos que pasaron a la liguilla en categoría murgas, aquellos que mejor reflejaron arriba del escenario los distintos fundamentos y rubros previstos para la categoría. Podremos disfrutar por un rato más de aquellos que, cada vez que pisan las tablas, nos traen el resumen de lo que la gente ve, oye y dice en nuestro paisito.


Murga que naciste pobre


Los Asaltantes, no los de Heber sino los que trabajan con patente, marcan desde la presentación lo que la gente espera cada vez se acerca a un tablado de barrio. Entre serpentinas, algún choripán y el bingo, los vecinos asisten buscando la reivindicación de aquellos a los que el poder mira por sobre el hombro. El canto de aquellos que prefieren no llorar, y cantan la realidad frente a la mirada burlona de la clase media, aquella que se reconoce cada febrero más cercana al vendedor ambulante que al dueño de la empresa. Con un coro de hijos con hambre abren un popurrí en el que desfilan, para un remate callejero, las confusiones que genera en los más “viejos” el lenguaje inclusivo; el espionaje del gobierno sin orden judicial, con el que parecen haberse tomado de forma literal aquello de “escuchar al pueblo”; la turbia importación del presidente –vía Astesiano- de 454 kilos de “pescado” desde Emiratos Árabes; y el cambio de perspectiva en el estudio de la historia reciente de nuestra educación pública, que ha dispuesto que el Pingüino cuente la historia de Batman (algo así como que Sanguinetti cuente la historia del terrorismo de estado) ¿o era al revés?


Ya se acerca, ya se arrima


Con todo el ruido generado por la principal fiesta popular, que no es otro que el ruido que circula naturalizado en nuestra agenda diaria, el barrio se agita y una Muñeca le permite a una vecina (cacerola en mano) subir al escenario y cantar sus verdades. Al margen del clima preelectoral, y sin entrar en el panfleto político, la vecina dispara con los temas que de almacén en almacén le sacan el sueño a la uruguaya de a pie. Piropo al Pitufo de por medio, reclama por la carestía tras más de dos años de pérdida de salario real, la suba encubierta de impuestos, el congelamiento al presupuesto educativo y los recortes a las políticas sociales. Una realidad que descarga sus peores efectos sobre sus espaldas, y de las que, como ella, día a día se ahogan entre el trabajo no remunerado, el empleo y las noticias que proliferan respecto a la violencia de género. Al cerrar su disertación una pregunta queda picando en las tribunas: ¿Será que la solidaridad en el barrio, la construcción de comunidad y la rebeldía colectiva evita que tenga que subir el año entrante?


Aunque no escuches mi voz, estoy gritando


Pero el barullo de la calle a veces tapa cosas que no pueden ocultarse, y emergen como volcanes día a día. Son cosas de las que a veces preferimos no hablar, o pretendemos solucionar con palabras de aliento o pociones que alivian, pero no sanan. Sin embargo, obligada a salir por la dureza de la realidad, una carta nos recuerda que a veces la alegría prometida es un árbol que no crece y las noches no pueden disfrazarse. Cuando lo entendemos, es cuando lo que toca es hacerse cargo, para que no haya más despedidas de gente que no quiere irse, para que terminar con la tristeza y el miedo no sea sinónimo de gritar sin voz hasta que, como en un espectáculo de carnaval, una carta nos deje sin aliento.


Pobre Luis, ¿no le avisaron?


El año recién arrancó y las agendas están aún por escribirse, pero hay un personaje que a esta altura de febrero resuena en todos los barrios. Es así que, si en pleno carnaval cae un grupo de extraterrestres queriendo entender cómo funciona el entorno presidencial, no hay mejor consejo que pueda dar cualquier hijo de vecino que recomendarles acercarse a la Torre Ejecutiva, más precisamente a su cuarto piso. Allí seguro podrán encontrar al Fibra, que lejos de ser un perejil se presenta como pieza central del elenco de gobierno. Persona de confianza de los Lacalle hace décadas, ¿su trabajo?: facilitar. Hacer posible lo que el poder pida. Sus tareas parecen salidas de una serie, pero como advierte un vecino sin padre ni padrino, son de verdad. Pasaportes truchos, coimas a cambio de entregar el puerto, espiar menores, docentes y opositores; extorsionar y más. Pero a no confundirse, es un facilitador no un mago. El Fibra no ha podido evitar que, aún en pleno carnaval, la olla se destape salpicando cada vez a más jerarcas. Tampoco pudo impedir que, en todos los barrios, lugares de trabajo, tablados y hasta en la playa la pregunta se haga: ¿Luis, no lo sabía?


Despidiendo al retiro


Si hay algo que la gente ha escuchado en el año es que hubo diálogo, que es una medida necesaria y que no nos va a perjudicar. Pero lo cierto es que en cada rincón del país la gente se está preguntando si, nos gust



en los lácteos o seamos intolerantes, hay que empezar a prepararle una despedida a nuestra posibilidad de retirarnos. Es que los que estamos en el asfalto sabemos que este año se resuelve nuestro futuro, en pocas semanas se le dará sanción a la reforma jubilatoria propuesta por el poder ejecutivo y parece que habrá que hacer cuentas para ver si nos podremos jubilar. No importara, dicen en por ahí, si estamos hechos carozo, si el corazón no aguanta, si trabajamos toda la vida y merecemos descansar, disfrutar de nuestro tiempo libre o cuidar de nuestra salud. En la calle hay una pregunta que calienta bajo el sol de febrero y en el tablado no podía faltar: si no nos jubilamos, ¿quién va a darle de


comer a las palomas?


En la noche consecuente como el viento soplará




En el abajo son tantos los temas que se amontonan, hacen fila para tener su ratito en el

escenario, se pelean para entrar en la liguilla y se entreveran. Sería imposible si quisiéramos recogerlos a todos, no entran en 8.000 caracteres. Los próximos días podremos, antes de que termine febrero y apuntemos indefectiblemente rumbo al invierno, escuchar a lo mejor, lo más importante de la conversación cotidiana. Lo que ve, oye y dice la gente en las 10 mejores voces del carnaval 2023. Voces que, como a las del barrio, las empuja día a día una brisa que trae historias heroicas. Historias de valentía, compromiso, solidaridad, resistencias y siembra. Voces que se alzan en un nuevo carnaval, que es al mismo tiempo un carnaval distinto, este año realizado sobre un estrado de vidrio de medio siglo. Un carnaval empujado por una voz que supo ocupar en una noche sin luna, consecuente y combativa, el día en que nació un grito de La Teja: resistir la dictadura.

Es que el abajo es consecuente, dirían viejos diablos, está convencido de que las historias más queridas perduran en el alma y no se olvidan. El abajo comenta sus problemas, canta sus dolores, crítica a sus verdugos y mete en una cuarteta sus sueños. Eso es el carnaval, por eso esta nota habla de eso, no de política. Si hubiéramos querido hacerlo, comentaría sobre el presidente, su habilidad para el surf, su nuevo cabello, la inauguración de una tienda de ropa o de su presencia en un partido de Boston River. Pero queremos hablar de murga, no de política.

Комментарии


bottom of page