Foto de portada: 12va Marcha por Salud Mental realizada el pasado 10 de octubre en Montevideo. Foto: Pablo Vignali / adhocFOTOS.
El pasado 10 de octubre, se conmemoró un nuevo día mundial de la salud mental y en este marco sucedió la XII Marcha por “Salud Mental, vida digna y cierre de los manicomios”.
En este sentido, es oportuno reflexionar al respecto.
Partimos de la base, de que, históricamente la Salud Mental, fue entendida como una cosa aparte de la Salud. Y la solución a los problemas de Salud Mental, durante siglos fue el castigo físico y el encierro como método de “cura”. Si bien hoy hemos avanzado en este aspecto, aún persisten practicas funcionales al antiguo modelo asilar manicomial, un ejemplo de esto son las 3.300 sesiones de electrochoque que se realizaron a lo largo del año 2022 en ASSE.
Por lo tanto, se hace urgente pensar, comprender y abordar la Salud Mental desde un paradigma integral que garantice y reconozca a las personas con padecimientos psíquicos como sujetos de derechos, el abordaje no puede ser reducido a un paradigma clasista y punitivo, como se ha dado a lo largo de la historia.
En consecuencia, se puede evidenciar que la historia de la Salud Mental en nuestro país tiene un antes y un después, que se encuentra marcado por la sociedad civil organizada y también por la llegada del primer gobierno frenteamplista, dado que es a partir de allí, donde se comienzan a gestar y lograr avances en la materia de Salud, entre ellos el avance en el marco legal con la aprobación de la nueva ley N° 19529. Ley que actualmente se encuentra vigente, pero que carece de un presupuesto adecuado para su efectivización, de hecho, los colectivos denunciaron que el presupuesto asignado (20 millones de pesos), en esta última Rendición de Cuentas, carece de criterio.
Yendo al grano, ¿Qué se entiende por Salud Mental?, al respecto la OMS define la Salud Mental, como “un estado de bienestar en cual cada individuo desarrolla su potencial puede afrontar las tensiones de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera, y puede aportar algo a su comunidad”. (OMS)
Ahora bien, ¿Quiénes efectivamente, pueden lograr este completo estado de bienestar?, sin dudas que una minoría, una minoría privilegiada de nuestra sociedad. Y es importante poder reflexionar en este sentido, porque la Salud Mental no debe ni puede ser un privilegio de clase, es decir para unos pocos y pocas pudientes que pueden lograr este completo estado de bienestar.
Al ser así, ¿Qué pasa con la gran mayoría de la sociedad que no logra llegar a este estado de bienestar?, ¿Acaso es esta una responsabilidad netamente individual?
¿Cómo alcanzar este bienestar en una sociedad que genera y profundiza las desigualdades?, ¿es posible alcanzar este completo estado de bienestar en el sistema capitalista en el que vivimos, donde los ricos se hacen cada vez más ricos a costa de nuestro trabajo, donde la pobreza en nuestro país incrementa día a día, particularmente en rostros de mujeres, niñas, niños y adolescentes, donde las y los jóvenes somos la población con mayor tasa de desempleo en la región y donde hay más de medio millón de uruguayos y uruguayas que cobran salarios menores a 25 mil pesos?
La realidad, es que somos la gran mayoría de nuestra sociedad que nos vemos atravesadas por estas desigualdades estructurales que afectan el desarrollo de nuestra vida cotidiana, incidiendo así directamente en nuestro bienestar y por ende en nuestra salud.
Es importante comprender las distintas dimensiones que estructuran y hacen a los problemas de salud mental. Porque si lo reducimos únicamente al espectro médico, queda por fuera del paradigma la integralidad del problema, entre ellas las condiciones de vida de los sujetos que influyen en la construcción de las trayectorias biográficas de cada una de nosotras. Por lo que entonces, el desafío se encuentra en pensar y desarrollar políticas públicas integrales que den respuesta a las desigualdades estructurales que genera esta sociedad, las cuales nos transversalizan y afectan. Y por eso, es urgente luchar por otra forma de vivir. Porque otra forma de vivir, si es posible.
Porque, Salud Mental y vida digna, tiene estricta relación con las condiciones materiales de nuestras vidas. Salud Mental también es tener salarios dignos, Salud Mental es tener acceso a una vivienda, Salud Mental es acceder a profesionales terapéuticos, Salud Mental es tener la garantía de asistir a un centro médico a pedir fecha para un especialista del área y no tener que estar 6 meses en lista de espera, Salud Mental es no ser estigmatizado por padecer una patología mental. Salud Mental, también es contar con redes de contención, acceso a tiempos de distención y recreación.
Por eso, seguimos reafirmando que la Salud Mental, no puede ser una mercancía, ni un privilegio de clase. La Salud Mental es un Derecho de todas.
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