top of page

Por una educación pública para todos y todas

Actualizado: 23 feb 2022

Los y las jóvenes nos jugamos una parada muy importante este 27 de marzo, ser pieza fundamental de la lucha por defender la educación uruguaya de los planes del gobierno.


El 27 de marzo el pueblo uruguayo se juega una instancia crucial para defender un modelo de sociedad que apueste a lo colectivo y a la solidaridad frente a otro que apuesta a la posibilidad de que aquellos que más tienen aplasten a los que menos tienen. En definitiva, si queremos una sociedad que defienda únicamente a aquellos que más tienen o no.

El capítulo de Educación de la Ley de Urgente Consideración (LUC) es una clara muestra de lo que se disputa. La participación democrática de los actores educativos versus la lógica gerencial de una educación mercantilizada. Una educación concebida como un bien público social y un derecho humano fundamental versus una concepción de bien de mercado. Una educación que forma ciudadanía crítica versus una educación que forma consumidores o simple mano de obra.

Todos y todas nos hemos cansado de escuchar los graves problemas que se supone que tiene la educación pública según nuestros actuales gobernantes. Palabras que suenan duro y que son la vida de miles de gurises y gurisas que sufren y la pelean, “repetición”, “deserción”, “abandono”, cuando en realidad muchos de ellos fueron, de hecho, abandonados por el Estado a lo largo de generaciones.

Frente a estas palabras que sintetizan trayectorias de vida de gurises y gurisas, de pibes y pibas ,que seguro todos hemos conocido, el gobierno sostiene que las mejores medidas no son atacar las desigualdades que llevan a que gurisas pobres tengan que quedarse en su casa cuidando a sus hermanos, que les cueste alimentarse o que tengan que salir a trabajar. Tampoco se les ocurre generar mayores recursos para que la educación pública, de la que todos y todas decimos provenir, pueda tener mayores herramientas para brindarle a la gurisada que lo necesita, más bien te meten una regla fiscal.

Lo que se le ocurre al gobierno siempre va en dirección de una educación que quite sentido democrático y de participación. Basta recordar que después de dos años de gobierno los únicos méritos que se le conocen son perseguir a alumnos y docentes por pensar distinto, así como anunciar una reforma que podría eliminar el bachillerato artístico. Porque claro, ¿qué le puede aportar la cultura a una sociedad pensada únicamente en ser funcional a los intereses de las grandes empresas?

Por supuesto que la LUC en educación no va en un camino diferente a éste. Lo urgente para el gobierno fue quitar de los espacios de participación a los actores directamente involucrados en la enseñanza, de modo de facilitar a las direcciones y cargos de confianza la posibilidad de aplicar la reforma educativa. Lo urgente fue generar leyes que permitan la mercantilización de la educación . Las grandes soluciones a los problemas educativos pasan por sacar espacios democráticos, fundamentales para que se escuche una pluralidad de voces, y generar una lógica de manejo gerencial de la educación, como si el Estado, y más la educación, debieran funcionar como una empresa.

A pesar de lo que nos quieran decir, ésta reforma lo que busca es quitar participación y resolver esos problemas educativos sin las estudiantes, sin las docentes. Con autoridades sentadas en un escritorio, sin necesidad de que hayan trabajado o transitado por la educación pública. Ellos detestan la participación, la pluralidad, la posibilidad de que alguien democráticamente les pueda decir que no está de acuerdo.

Esto no pasa solamente a nivel de enseñanza media. No pueden soportar lo que representa una Universidad comprometida con los asuntos de su país. No se puede esperar demasiado de un gobierno, cuyos integrantes, mayoritariamente, se han formado en los institutos privados más caros y nunca han pisado una institución pública. Odian la pluralidad de voces de la UdelaR, odian que sea la generadora de más del 80% del conocimiento científico de este país. Por eso la atacan constantemente exponentes del gobierno, por eso, a pesar de tener una actuación preponderante para contener la pandemia, le recortan el presupuesto, por eso en la LUC le reducen su participación en las decisiones acerca de la política educativa. La ahogan en un mar de voces de instituciones menores que parece que valen más que la que más genera conocimiento. Es claro el ataque.

Quitar institucionalidad democrática solo es una parte del plan, la otra solución mágica es hacer como en Chile, donde a su población parece que no le gusta tanto, y comenzar un proceso de mercantilización y privatización de la educación. Ellos lo pueden llamar como quieran, usar los eufemismos que prefieran, pero la LUC comienza ese proceso de manera clara. Basta con ver alguno de sus artículos para comprender su intencionalidad. Los artículos 129 y 171 por ejemplo. En uno se permite firmar acuerdos que mercantilicen la educación (mientras “no se reduzca” únicamente a eso). En el segundo se crea un sistema de becas que casualmente está destinado a estudiantes de formación en educación de carácter universitario, que casualmente solo existe en las universidades privadas. Recordemos que también elimina el “Sistema Nacional de Educación Pública” y da potestades a las instituciones privadas con la misma voz que la educación pública para opinar, 2+2…

Frente a esto hay que decir que los y las jóvenes nos paramos y enfrentamos a los intentos del gobierno de acabar con las mejores tradiciones de nuestra educación. Las últimas elecciones de la educación, las de ANEP y UdelaR, han dado una respuesta contundente a los representantes del gobierno acerca de cuál es la postura de los actores principales de la educación, los cuáles, según el gobierno, “son parte del problema y no de las soluciones”.

Seguiremos defendiendo, en las aulas y en las calles, la idea de que la educación es un bien público social, que es un derecho humano y que es el Estado el que debe garantizar el acceso a ella con justicia social. No compartimos la concepción de la educación como una mercancía. Y no estamos solas. Compartimos con miles de compañeros y compañeras esas ganas de sentir en nosotras la educación pública, que es parte de la construcción democrática que tanto ha costado a este país. Y ahí están, a pesar de la pandemia, las principales organizaciones juveniles y estudiantiles dando pelea, luchando para que estudiar no sea el derecho ni la ganancia de unos pocos.

Ahí nos encontramos con referentes mujeres jóvenes, docentes y estudiantes, que son parte fundamental de esta campaña. Y también nos encontramos con cada una de las miles de estudiantes que pisan las marchas del 14 de Agosto, jóvenes casi anónimas que han sido parte fundamental de esta lucha y, sobre todo, son quienes construyen una alternativa esperanzadora a los planes del gobierno. La educación pública no se vende, se defiende, porque sin educación pública no hay futuro.

Comments


bottom of page